miércoles, 28 de septiembre de 2016

Edith Wharton, Criticar ficción



           Dice Amelia Pérez de Villar, traductora y prologuista de este ensayo, que:

El hilo conductor de esta selección de artículos de Edith Wharton es, como indica el título, la crítica de la ficción, en el sentido más amplio tanto de crítica como de ficción, cuyo estudio aborda la autora desde casi todos los puntos de vista. El comienzo moral de este juicio de valor es una pregunta al estilo de aquella otra tan célebre de las primeras líneas de Conversación en la Catedral, «¿En qué momento se había jodido el Perú?». Wharton se pregunta con la misma vehemencia «¿Cuándo, en la breve historia de la ficción, ha llegado la crítica a formar parte de un proceso regular y organizado de práctica del elogio?»

Wharton expone la necesidad de que exista una crítica literaria profesional mientras se queja del componente mercenario de la actividad. Al mismo tiempo trata de dar a los jóvenes escritores consejos para que se conviertan en autores consagrados sin morir en el intento, pero no solamente aconseja como deberíamos escribir sino también cómo deberíamos leer. En definitiva nos da dos opciones, jugar en el campo de la fugacidad (escribir novela histórica o negra, por ejemplo) o en el campo de la permanencia (novela costumbrista, psicológica, pónganle la etiqueta que prefieran).
En fin, se trata de una lectura extremadamente interesante para aquellos que tienen un blog y pretenden leer cada día mejor para disfrutar de su entretenimiento favorito, o para aquellos que quieren sacar un mayor partido al tiempo que invierten leyendo, o, ¡cómo no!, para aquellos que escriben y albergan pretensiones de que sus personajes y sus historias pervivan en la imaginación de los lectores.
No es necesario leerse este ensayo de un tirón. De hecho se divide en cuatro partes y, a mi modo de ver, solamente hay una parte, la primera, “Criticar ficción”, imprescindible. Contiene ésta 7 artículos de entre los cuales yo, personalmente, fotocopiaré 3 o 4 para poder subrayarlos a gusto y hacerlos míos. El resto de partes son “Escribir sobre escritores”, “Criticar teatro” y “Escribir sobre uno mismo”. Igualmente, cada cual debe elegir las partes que le sean más útiles y disfrutar de su relectura.
Cada capítulo es de una densidad asombrosa, y no quiero decir con esto que sea difícil de entender. Desde luego que su lectura requiere de atención y concentración, pero se trata de artículos de reducida extensión llenos de, me atrevo a decir, revelaciones para el lector.
Igualmente, pienso yo que lo que Edith nos dice es perfectamente válido para este nuestro siglo XXI. 

4 comentarios:

  1. Existe una crítica profesional, pero desde muchos periódicos la practican de modo mercenerario (muchos intereses creados). No sé si debe reducirse a una profesión, lo que sí se debe tener es ciriterio y gusto propio y exponerlo sin miedo. Por suerte los blogs nos proporcionan una buena plataforma para difundir nuestra visión de la literatura.No obstante, entre blogueros hay mucho halago fácil que se emite por miedo a no irritar o entristecer al escritor, o aspirante, que publica sus relatos en un blog. Y no sirve de aprendizaje, solo es útil para esponjar el ego. Un saludo, Rubén.

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    1. Sobre lo que dices se podría escribir largo y tendido. De hecho es probable que algún día trate sobre ello porque es un asunto que me atrae y que a menudo promulgo en twitter pero sin entrar a fondo; supongo que esperaré a ganar en años y experiencia :)
      Por otro lado, Edith Wharton habla de la crítica decadente en su tiempo, primera mitad del XX sobre todo (creo, que no soy experto en nada y me equivoco a menudo), pero sí que habla de una crítica anterior en el tiempo, sobre todo francesa, autores que me he apuntado y que voy leyendo, como Emile Faguet o Saint Beuve. En fin, es un librito para explorar, sin necesidad de leerlo entero.
      Saludos y como siempre agradecido por tu comentario :)

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    2. Errata: mercenario. Me di cuenta del error ahora al leer tu comentario y releer el mío. Imaginaba a qué crítica podía referirse Edith Wharton, por la época en la que vivió, aunque creo que se puede extrapolar a la actualidad. Un saludo.

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    3. 100 % extrapolable.
      Lo de la errata no importa. Hay lugares donde sí hay que ser más cuidadoso, pero no en mi blog :)

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